15 de junio de 2025
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Colombia, un país que silencia: líderes sociales, periodistas y candidatos bajo amenaza

El atentado contra el senador Miguel Uribe Turbay, ocurrido el pasado 7 de junio en Bogotá, ha reavivado las alarmas sobre la violencia política en Colombia, un país donde alzar la voz por la verdad, la justicia o la paz ha costado, históricamente, la vida.

El ataque, perpetrado por un menor de edad, dejó al congresista en estado crítico. Uribe Turbay no solo representa una nueva generación política, sino que carga con la memoria de su madre, la periodista Diana Turbay, asesinada en 1991 durante un intento fallido de rescate tras ser secuestrada por el cartel de Medellín.

Este caso reciente pone sobre la mesa una dolorosa realidad: Colombia ha sido un país que silencia a quienes se atreven a incomodar al poder. Políticos reformistas, periodistas valientes, defensores de derechos humanos y líderes sociales han sido blanco del miedo que genera la verdad.

Entre las voces silenciadas figuran nombres que marcaron la historia nacional:

• Yolanda Izquierdo (1963–2007), líder de víctimas del conflicto armado, asesinada tras exigir la restitución de tierras.

• Gloria Lara de Echeverri (1929–1982), funcionaria y activista, secuestrada y asesinada por el M-19.

• Jaime Pardo Leal (1941–1987) y Bernardo Jaramillo (1956–1990), candidatos presidenciales de la Unión Patriótica, ejecutados en medio de una campaña de exterminio político.

• Luis Carlos Galán (1943–1989), símbolo de la lucha contra el narcotráfico, asesinado en Soacha durante su campaña presidencial.

• Carlos Pizarro (1951–1990), comandante del M-19 que firmó la paz y fue asesinado semanas después.

• Álvaro Gómez Hurtado (1919–1995), político conservador crítico del régimen, asesinado en un crimen que tardó décadas en esclarecerse.

• Guillermo Cano (1925–1986), director de El Espectador, asesinado por denunciar sin tregua al narcotráfico.

• Jaime Garzón (1960–1999), humorista y periodista que usó la risa como herramienta de crítica política; su crimen, aún impune.

• Consuelo Araújo Noguera (1940–2001) y Diana Turbay (1950–1991), mujeres comprometidas con la cultura y la verdad, silenciadas por la guerra.

• Jorge Eliécer Gaitán (1903–1948), líder liberal cuyo asesinato desató una época de violencia sin precedentes.

Hoy, mientras Miguel Uribe lucha por su vida, el país se pregunta si algún día cesará la persecución a quienes sueñan con una Colombia más justa. ¿Hasta cuándo serán las ideas motivo de muerte? ¿Cuántas voces más deben ser silenciadas para que la violencia deje de ser la respuesta al cambio?

Colombia tiene una deuda histórica con la verdad, con la justicia, y con quienes creyeron que un mejor país era posible

… y fueron asesinados por ello.

 

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